Menos de lo que queremos, sin embargo más de lo que necesitamos, todo y a la vez tan poco, esencia y fragancia al mismo tiempo, sentidos y razón, muero en el conjunto de los placeres más profundos de mi amarga y redundante oscuridad, en la cual me sumo sin inconvenientes y sin tapujos, sin dudas ni cohesión, es mi decisión volver a morir, conllevando a la ausencia total de sentimientos y virtudes, de admiraciones y deseos, más que los míos, llegó la segunda Revolución de almas, partió de nuevo un ave sin rumbo fijo por el firmamento, cuan marmota al dormir en invierno, mas no deseo más de lo que me espera y me designa mi actitud y mi sino.
Fin de mis sentimientos, comienzo de mi oculto.
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